Querida Jane:
Tengo frío. La luna está apagada pero emite destellos plateados en el inmenso manto negro que la abraza.
Mi mente ya no piensa como antes. Necesito salir de este tormento que me persigue.
Los últimos días han sido muy extraños, con sucesos inexplicables, incluso para mí.
Aún recuerdo sus palabras suplicantes: "Por favor, no lo hagas..."
Entiéndeme, ya no podía aguantar más. ¿Qué tenía que hacer? ¿Escapar? ¿Esconderme? ¿Gritar?
¡No! "Al mal tiempo, buena cara" como me decía mi madre.
Pero esto es sólo el comienzo. Un comienzo desagradable. Quien empieza la batalla, aún no ha sufrido las consecuencias de la guerra.
Ahora, ya no pensaré en eso. Simplemente, me dedicaré a componer canciones o escribirte.
Sin embargo, esto debe permanecer en secreto. La fidelidad es lo importante.
Inclusive, no debería estar contándote la situación. Pero te tengo mucha confianza y espero que no lo reveles nunca.
Más adelante te cuento cómo salió todo.
Te quiere,
Zak.
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